Llegan los días grandes de la Semana Santa y con el fin de ofreceros un contenido que puede ser compatible con estos días de asueto, descanso y reflexión, hemos decidido publicar nuevamente una entrada que vio la luz en legaltoday.com hace ahora exactamente dos años y que tuvo bastante visibilidad, dado el delicioso contenido que presentan los consejos sobre la profesión que el abogado Roland Boyd dio a su hijo, a la sazón, estudiante de último año de la carrera de derecho.
Espero que los que sea de utilidad y disfrute tanto para los que la leyeron en su momento como quienes desconocían su existencia.
Roland Boyd fue un abogado de Texas que hace más de cincuenta años escribió a su hijo una preciosa carta en la que le ofrecía 21 consejos para tener éxito como abogado. La carta, pronto llamó la atención en el sector legal debido a la sabiduría contenida en cada una de sus recomendaciones, lo que motivó que en 1962 fuera publicada en la revista legal Texas Bar Journal. A partir de ese momento, la carta circuló como la pólvora por todo el país, y posteriormente por todo el mundo, llegando a considerarse como una de las muestras escritas más evidentes de amor por la profesión[1].
http://www.legaltoday.com/blogs/gestion-del-despacho/blog-manual-interno-de-gestion/una-carta-de-un-abogado-a-su-hijo-desde-el-corazon-de-la-profesion
Creía que lo había visto todo en el ejercicio profesional de la abogacía, tanto lo peor como lo peor de las personas. Y cuando hablo de personas, me refiero a todos los agentes intervinientes en el ejericio de esta profesión, como son los clientes, abogados, procuradores, jueces, magistrados, fiscales, notarios, registradores, juristas, personal docente del derecho en todos sus ámbitos,etc… Pero, este año pasado me llevé la desagradable sorpresa de tener conocimiento del lamentable suicidio de un cliente y amigo de 47 años de edad y con tres hijos, dos menores de edad, el día 7 de septiembre de 2017, como consecuencia de sus conflictos familiares judiciales con su exmujer . Pues bien, antes de fallecer mi cliente en el interior de su vehículo por causa de la ingestión de una sobredosis voluntaria de ansioliticos y medicamentos afines al objeto de conseguir su propósito de suicidarse en un descampado a las afueras de Valencia, dejó una nota escrita dedicada a sus familiares queridos, «CARTA DE DESPEDIDA A MI SERES QUERIDOS», dedicando unas palabras personalemente a su padre, madre, a cada uno de sus tres hermanos, a su tres hijos, y a determinados familiares y amigos de toda su vida. Y ahora viene lo que importa al particular y concreto extremo de los efectos de este comentario. Y no es nada menos que, casi al final de la citada carta de despedida de mi cliente, escribía y hacía la siguiente mención a mi persona, expresando textualmente » A Emilio Ortega, mi abogado por tu conducta hacia mí y luchar un imposible» … Creo que sobran comentarios en lo que respecta a una muestra del amor por la profesión..